ATENCION

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EL ADMINISTRADOR.

lunes, 29 de abril de 2013


Un joven, deseoso de buscar el verdadero conocimiento, abandonó todo y resolvió llevar una vida errante, para dedicarse enteramente a la búsqueda de la sabiduría.
Estaba en una cierta zona de Asia, cuando oyó hablar en una ciudad de un hombre sabio que vivía en una montaña lejana, y que tenía la capacidad de fabricar oro de las piedras. Al oír esa historia, decidió ponerse en camino, encontrar a ese sabio, y pedirle que le enseñase ese maravilloso poder.
Tras muchas jornadas de camino y penalidades, consiguió llegar al lugar donde vivía el alquimista, y le pidió que le enseñase el don de fabricar oro. El anciano le miró compasivo, le dio una escoba de barrer y le dijo: «Más tarde te enseñaré. Ahora, coge esta escoba y ponte a barrer».
Cuando hubo terminado, el joven volvió a su petición, pero el anciano le dio un delantal, y le conminó a que se metiera en la cocina y preparase algo para comer. «Mañana te enseñaré lo que quieres saber —le dijo—. Hoy se ha hecho muy tarde».
Al día siguiente, el alquimista encargó al muchacho multitud de tareas: cavar un campo de hortalizas que había cerca, arreglar el techo de la cabaña, ordeñar unas cabras... por la noche, el joven volvió a preguntar, pero obtuvo la misma respuesta: «Mañana».
Pero el día siguiente fue igual que el anterior: trabajos y más trabajos. Y fueron pasando los días, las semanas, los meses y los años, y el muchacho no cesaba de trabajar, de encargarse de toda clase de faenas. De vez en cuando, le recordaba al anciano su demanda, pero siempre  era igual la respuesta: «Mañana».
Así, llegó el momento en que el muchacho, ya maduro, se olvidó de preguntar: Ya no recordaba la intención que le había llevado a aquel lugar. Se limitaba a trabajar y a descansar.
Entonces, una mañana, el maestro le llamó y le dijo: «Muy bien, deja eso que estás haciendo y ven conmigo, porque voy a enseñarte ahora cómo fabricar el oro».
El muchacho, que estaba regando la huerta, respondió inmediatamente, sin volver la cabeza: «Mañana, maestro, ahora estoy muy ocupado. Estas plantas necesitan agua»

domingo, 28 de abril de 2013

***GENERAR FELICIDAD***

Reflexión de la Semana 27 de abril, 2013
Generar felicidad

Aprende a sentarte en calma y reunirte contigo mismo con tranquilidad. La paz vendrá y se sentará a tu lado.

Vive con sencillez. Eso significa sólo tomar lo que necesitas de la tierra y de la vida. La recompensa es la abundancia.

Permanece liviano. Aplica un punto final a las preocupaciones en un instante. Cuando decides vivir con liviandad en tus pensamientos y acciones, los demás te ven brillar.

Vive ahora. Disfruta de vivir el momento presente, olvida la negatividad, el desperdicio y los arrepentimientos del pasado. La positividad es el primer paso hacia la paz.

Da generosamente, de todo lo que tienes. Compartir tus regalos con los demás, sin contar su coste, garantiza que recibirás incluso más.

Practica la compasión. Encuentra el perdón. Primero para ti mismo. Después aprende que el perdón derrama bendiciones en todas las direcciones. Al perdonar a los demás, somos perdonados y sanados.

Agradece. Sé agradecido por todo lo que has recibido. La gratitud le da valor a todo lo que posees y aumenta tu alegría.

Sé amigo del silencio. Dirige tus pensamientos hacia tu interior, hacia tu esencia más profunda. El silencio invita a Dios a tu corazón y mente.

Sirve a los demás. Disfruta con servir. Pensar y actuar sólo para nosotros trae una recompensa hueca; servir a los demás crea un profundo pozo de satisfacción.

Practica la paz. La paz es la cualidad original del ser. En su forma más pura, la paz es silencio interior. Consiste en pensamientos positivos, sentimientos puros y buenos deseos. Para tener paz necesitas paciencia. Cuando eres pacífico, creas una atmósfera de paz. La paz en el mundo sólo se puede conseguir cuando haya paz en la mente de cada ser humano.

Hay felicidad cuando se usa cada momento de una manera valiosa. La felicidad es la nutrición que más fortalece. Con felicidad, haces fácil lo difícil, y liviano lo que es pesado. Permanecer feliz y compartir felicidad con los demás es un gran acto de caridad. Cuando eres feliz, entonces no importa lo que suceda, nunca sueltes tu felicidad.

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sábado, 13 de abril de 2013


Nunca se vaya a dormir enfadado

“No dejes que se ponga el sol sobre tu ira”, escribían hace dos mil años los sabios. Y también “Antes de que se ponga el sol, reconcíliate con tu hermano”.

En lenguaje simbólico, la puesta de sol representa la muerte del hombre, su partida hacia el otro mundo. Se nos da un plazo suficientemente largo, pero agotado este tiempo, si no hemos podido o no hemos sabido solucionar nuestros conflictos, una vez que “se ha puesto el sol” ya es demasiado tarde. Las personas que han tenido la desgracia de perder a un ser querido antes de haber podido reconciliarse con él conocen el dolor y el eterno remordimiento que ello supone.

Sin embargo, también se pueden tomar estas palabras al pie de la letra. Los asesores matrimoniales recomiendan a las parejas que quieren durar que eviten irse a dormir después de una discusión que no han arreglado. 

Además, un nuevo estudio sobre el cerebro publicado en la revista científica The Journal of Neuroscience confirma que irse a dormir con emociones negativas tiene como consecuencia que éstas se refuercen o conserven. (1)

Dormir ordena las ideas

El descanso permite al cerebro ordenar las ideas y grabar en la memoria los recuerdos y experiencias del día, sobre todo, las experiencias emocionales. Después de un trauma doloroso se aconseja no irse a dormir inmediatamente, precisamente para evitar que los recuerdos desagradables se queden marcados a fuego en la memoria. 

Los participantes del estudio mencionado anteriormente fueron 106 adultos jóvenes (de entre 18 y 30 años) y tanto hombres como mujeres, sin ningún historial de desórdenes neurológicos o del sueño y que no estaban tomando ningún tipo de medicación que afectara al sueño o a las funciones cognitivas. Los científicos les hicieron ver imágenes con una fuerte carga emocional con dos tipos bien distintos de contenido: o bien impactantes, o bien neutras o tranquilizadoras. 

A continuación, un grupo se fue a dormir y el otro permaneció despierto durante doce horas. Después estudiaron la reacción de todos ellos ante las mismas imágenes. Constataron que las personas que habían dormido continuaban experimentando emociones igual de violentas ante las imágenes impactantes, mientras que las personas que habían estado despiertas se sentían claramente menos afectadas.

Otros estudios han demostrado (¿de verdad era necesario movilizar a “científicos” para una obviedad así?) que es más difícil dormir después de un impacto emocional. Esta dificultad para conciliar el sueño podría tratarse de un medio que el cerebro utiliza para evitar que shock se quede grabado en nuestra memoria.

Películas y tristeza

El cine combina todos los elementos (guión, imagen y sonido) para lograr el máximo impacto emocional posible sobre el espectador. 

Cada noche, desde la más tierna infancia, millones de personas se van a dormir después de ver una película. 

¿Podría ser que existiera una relación entre esta concentración masiva de emociones, en muchos casos violentas, justo antes de dormir y la plomiza tristeza que reina hoy en día en nuestra sociedad?

La depresión es uno de los trastornos que más afectan a la sociedad. En España, los datos muestran una prevalencia en la población del 10,5% a lo largo de la vida y de un 4% anual. Y el consumo de antidepresivos no cesa. Según el sociólogo francés Alain Ehrenberg, el éxito de los antidepresivos tiene que ver más con el sentimiento de desamparo en el que nos encontramos que con su eficacia. (2)

Desde luego que evitar ver películas con una gran carga emocional por la noche y reconciliarnos con nuestros seres queridos antes de irnos a la cama no hará que desaparezca el terrible problema de la depresión. Sin embargo, son pasos que cada uno de nosotros puede seguir hacia una mayor pureza de cuerpo y espíritu para lograr una vida con menos estrés, menos emociones negativas y más tranquila. 

¡A su salud!

Juan-M Dupuis

****************************** 

Fuentes 
  1. Baran B, Pace-Schott EF, Ericson C, Spencer RM, « Processing of Emotional Reactivity and Emotional Memory over Sleep », The Journal of Neuroscience, 2012 Jan 18;32(3):1035-42.
  2. « Let them eat Prozac, The Unhealthy Relationship Between the Pharmaceutical Industry and Depression », New York University Press, 2004.

Reflexión de la Semana 6 de abril, 2013
Implicación desapegada

Vernos como un ser espiritual que interpreta un papel en la obra ilimitada de la vida es una perspectiva excelente para posicionarnos en una conciencia equilibrada y desapegada.

La metáfora del actor, el personaje y la obra nos es muy útil para desempeñar nuestro rol de forma más consciente y más elevada. 

En primer lugar tenemos claro que yo soy el alma, el ser espiritual, el actor.
 El actor nunca se confunde con el personaje que interpreta. Sabe que es sólo un papel a interpretar. Todas las actividades e interacciones que llevamos a cabo a través del medio físico del cuerpo forman parte del personaje que interpreto.

El actor no está todo el tiempo sobre el escenario, cuando no necesita estar interpretando su papel, se relaja entre bastidores y se prepara para su nueva salida a escena.

Del mismo modo, tenemos que encontrar el equilibrio entre actuar e interpretar nuestro personaje en el campo de la acción y desconectar del personaje y conectar con la conciencia verdadera de quién soy, el actor, el ser espiritual. El silencio, la meditación y la contemplación son prácticas que nos ayudan a retornar a la conciencia de la semilla, es decir, nuestra naturaleza original.

Con esta práctica podemos desarrollar una habilidad maravillosa que se puede denominar la implicación desapegada. Soy consciente de que la vida es como una obra, y todos son actores interpretando sus diferentes papeles (sean o no conscientes de ello) y a la vez soy consciente y responsable por el impacto que mi personaje tiene en la obra y en los demás actores. Sin embargo, la conciencia de que soy un actor y la vida es una obra, me proporciona una perspectiva desapegada y benevolente, que surge de la consciencia clara de quién soy realmente.

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Hojas que se desprenden
Siempre me ha parecido espectacular la caída de una hoja.
Ahora, sin embargo, me doy cuenta que ninguna hoja “se cae”
sino que llegado el escenario del otoño inicia la
danza maravillosa del soltarse.
Cada hoja que se suelta es una invitación a nuestra predisposición
al desprendimiento.
Las hojas no caen, se desprenden en un gesto supremo de generosidad y profundo de sabiduría:
la hoja que no se aferra a la rama y se lanza al vacío del aire
sabe del latido profundo de una vida que está siempre en movimiento y en actitud de renovación.
La hoja que se suelta comprende y acepta que el espacio vacío
dejado por ella es la matriz generosa que albergará el brote de una nueva hoja.
La coreografía de las hojas soltándose y abandonándose
a la sinfonía del viento traza un indecible canto de libertad y
supone una interpelación constante y contundente
para todos y cada uno de los árboles humanos que somos nosotros.
Cada hoja al aire me está susurrando al oído del alma
¡suéltate!, ¡entrégate!, ¡abandónate! y ¡confía!.
Cada hoja que se desata queda unida invisible y sutilmente
a la brisa de su propia entrega y libertad.
Con este gesto la hoja realiza su más impresionante movimiento
de creatividad ya que con él está gestando el irrumpir de una próxima primavera.
Reconozco y confieso públicamente, ante este público de hojas moviéndose al compás del aire de la mañana, que soy un árbol al que le cuesta soltar muchas de sus hojas.
Tengo miedo ante la incertidumbre del nuevo brote.
Me siento tan cómodo y seguro con estas hojas predecibles,
con estos hábitos perennes, con estas conductas fijadas, con estos pensamientos arraigados, con este entorno ya conocido…
Quiero, en este tiempo, sumarme a esa sabiduría,
generosidad y belleza de las hojas que “se dejan caer”.
Quiero lanzarme a este abismo otoñal que me sumerge
en un auténtico espacio de fe, confianza, esplendidez y donación.
Sé que cuando soy yo quien se suelta, desde su propia
conciencia y libertad,
el desprenderse de la rama es mucho menos doloroso y más hermoso.
Sólo las hojas que se resisten, que niegan lo obvio,
tendrán que ser arrancadas por un viento mucho más
agresivo e impetuoso y caerán al suelo por el peso de su propio dolor.
Del libro “La Sabiduría de Vivir” de José María Toro

domingo, 7 de abril de 2013


Reflexión de la Semana 6 de abril, 2013
Implicación desapegada

Vernos como un ser espiritual que interpreta un papel en la obra ilimitada de la vida es una perspectiva excelente para posicionarnos en una conciencia equilibrada y desapegada.

La metáfora del actor, el personaje y la obra nos es muy útil para desempeñar nuestro rol de forma más consciente y más elevada. 

En primer lugar tenemos claro que yo soy el alma, el ser espiritual, el actor. El actor nunca se confunde con el personaje que interpreta. Sabe que es sólo un papel a interpretar. Todas las actividades e interacciones que llevamos a cabo a través del medio físico del cuerpo forman parte del personaje que interpreto.

El actor no está todo el tiempo sobre el escenario, cuando no necesita estar interpretando su papel, se relaja entre bastidores y se prepara para su nueva salida a escena.

Del mismo modo, tenemos que encontrar el equilibrio entre actuar e interpretar nuestro personaje en el campo de la acción y desconectar del personaje y conectar con la conciencia verdadera de quién soy, el actor, el ser espiritual. El silencio, la meditación y la contemplación son prácticas que nos ayudan a retornar a la conciencia de la semilla, es decir, nuestra naturaleza original.

Con esta práctica podemos desarrollar una habilidad maravillosa que se puede denominar la implicación desapegada. Soy consciente de que la vida es como una obra, y todos son actores interpretando sus diferentes papeles (sean o no conscientes de ello) y a la vez soy consciente y responsable por el impacto que mi personaje tiene en la obra y en los demás actores. Sin embargo, la conciencia de que soy un actor y la vida es una obra, me proporciona una perspectiva desapegada y benevolente, que surge de la consciencia clara de quién soy realmente.


sábado, 6 de abril de 2013


NUNCA TE VAYAS A DORMIR ENFADADO

“No dejes que se ponga el sol sobre tu ira”, escribían hace dos mil años los sabios. Y también “Antes de que se ponga el sol, reconcíliate con tu hermano”.

En lenguaje simbólico, la puesta de sol representa la muerte del hombre, su partida hacia el otro mundo. Se nos da un plazo suficientemente largo, pero agotado este tiempo, si no hemos podido o no hemos sabido solucionar nuestros conflictos, una vez que “se ha puesto el sol” ya es demasiado tarde. Las personas que han tenido la desgracia de perder a un ser querido antes de haber podido reconciliarse con él conocen el dolor y el eterno remordimiento que ello supone.

Sin embargo, también se pueden tomar estas palabras al pie de la letra. Los asesores matrimoniales recomiendan a las parejas que quieren durar que eviten irse a dormir después de una discusión que no han arreglado.

Además, un nuevo estudio sobre el cerebro publicado en la revista científica The Journal of Neuroscience confirma que irse a dormir con emociones negativas tiene como consecuencia que éstas se refuercen o conserven. (1)

Dormir ordena las ideas

El descanso permite al cerebro ordenar las ideas y grabar en la memoria los recuerdos y experiencias del día, sobre todo, las experiencias emocionales. Después de un trauma doloroso se aconseja no irse a dormir inmediatamente, precisamente para evitar que los recuerdos desagradables se queden marcados a fuego en la memoria.

Los participantes del estudio mencionado anteriormente fueron 106 adultos jóvenes (de entre 18 y 30 años) y tanto hombres como mujeres, sin ningún historial de desórdenes neurológicos o del sueño y que no estaban tomando ningún tipo de medicación que afectara al sueño o a las funciones cognitivas. Los científicos les hicieron ver imágenes con una fuerte carga emocional con dos tipos bien distintos de contenido: o bien impactantes, o bien neutras o tranquilizadoras.

A continuación, un grupo se fue a dormir y el otro permaneció despierto durante doce horas. Después estudiaron la reacción de todos ellos ante las mismas imágenes. Constataron que las personas que habían dormido continuaban experimentando emociones igual de violentas ante las imágenes impactantes, mientras que las personas que habían estado despiertas se sentían claramente menos afectadas.

Otros estudios han demostrado (¿de verdad era necesario movilizar a “científicos” para una obviedad así?) que es más difícil dormir después de un impacto emocional. Esta dificultad para conciliar el sueño podría tratarse de un medio que el cerebro utiliza para evitar que shock se quede grabado en nuestra memoria.

Películas y tristeza

El cine combina todos los elementos (guión, imagen y sonido) para lograr el máximo impacto emocional posible sobre el espectador.

Cada noche, desde la más tierna infancia, millones de personas se van a dormir después de ver una película.

¿Podría ser que existiera una relación entre esta concentración masiva de emociones, en muchos casos violentas, justo antes de dormir y la plomiza tristeza que reina hoy en día en nuestra sociedad?

La depresión es uno de los trastornos que más afectan a la sociedad. En España, los datos muestran una prevalencia en la población del 10,5% a lo largo de la vida y de un 4% anual. Y el consumo de antidepresivos no cesa. Según el sociólogo francés Alain Ehrenberg, el éxito de los antidepresivos tiene que ver más con el sentimiento de desamparo en el que nos encontramos que con su eficacia. (2)

Desde luego que evitar ver películas con una gran carga emocional por la noche y reconciliarnos con nuestros seres queridos antes de irnos a la cama no hará que desaparezca el terrible problema de la depresión. Sin embargo, son pasos que cada uno de nosotros puede seguir hacia una mayor pureza de cuerpo y espíritu para lograr una vida con menos estrés, menos emociones negativas y más tranquila.

¡A su salud!

Juan-M Dupuis

******************************

Fuentes 
  1. Baran B, Pace-Schott EF, Ericson C, Spencer RM, « Processing of Emotional Reactivity and Emotional Memory over Sleep », The Journal of Neuroscience, 2012 Jan 18;32(3):1035-42.
  2. « Let them eat Prozac, The Unhealthy Relationship Between the Pharmaceutical Industry and Depression », New York University Press, 2004. 

NUNCA TE VAYAS A DORMIS ENFADADO

“No dejes que se ponga el sol sobre tu ira”, escribían hace dos mil años los sabios. Y también “Antes de que se ponga el sol, reconcíliate con tu hermano”.

En lenguaje simbólico, la puesta de sol representa la muerte del hombre, su partida hacia el otro mundo. Se nos da un plazo suficientemente largo, pero agotado este tiempo, si no hemos podido o no hemos sabido solucionar nuestros conflictos, una vez que “se ha puesto el sol” ya es demasiado tarde. Las personas que han tenido la desgracia de perder a un ser querido antes de haber podido reconciliarse con él conocen el dolor y el eterno remordimiento que ello supone.

Sin embargo, también se pueden tomar estas palabras al pie de la letra. Los asesores matrimoniales recomiendan a las parejas que quieren durar que eviten irse a dormir después de una discusión que no han arreglado. 

Además, un nuevo estudio sobre el cerebro publicado en la revista científica The Journal of Neuroscience confirma que irse a dormir con emociones negativas tiene como consecuencia que éstas se refuercen o conserven. (1)

Dormir ordena las ideas

El descanso permite al cerebro ordenar las ideas y grabar en la memoria los recuerdos y experiencias del día, sobre todo, las experiencias emocionales. Después de un trauma doloroso se aconseja no irse a dormir inmediatamente, precisamente para evitar que los recuerdos desagradables se queden marcados a fuego en la memoria. 

Los participantes del estudio mencionado anteriormente fueron 106 adultos jóvenes (de entre 18 y 30 años) y tanto hombres como mujeres, sin ningún historial de desórdenes neurológicos o del sueño y que no estaban tomando ningún tipo de medicación que afectara al sueño o a las funciones cognitivas. Los científicos les hicieron ver imágenes con una fuerte carga emocional con dos tipos bien distintos de contenido: o bien impactantes, o bien neutras o tranquilizadoras. 

A continuación, un grupo se fue a dormir y el otro permaneció despierto durante doce horas. Después estudiaron la reacción de todos ellos ante las mismas imágenes. Constataron que las personas que habían dormido continuaban experimentando emociones igual de violentas ante las imágenes impactantes, mientras que las personas que habían estado despiertas se sentían claramente menos afectadas.

Otros estudios han demostrado (¿de verdad era necesario movilizar a “científicos” para una obviedad así?) que es más difícil dormir después de un impacto emocional. Esta dificultad para conciliar el sueño podría tratarse de un medio que el cerebro utiliza para evitar que shock se quede grabado en nuestra memoria.

Películas y tristeza

El cine combina todos los elementos (guión, imagen y sonido) para lograr el máximo impacto emocional posible sobre el espectador. 

Cada noche, desde la más tierna infancia, millones de personas se van a dormir después de ver una película. 

¿Podría ser que existiera una relación entre esta concentración masiva de emociones, en muchos casos violentas, justo antes de dormir y la plomiza tristeza que reina hoy en día en nuestra sociedad?

La depresión es uno de los trastornos que más afectan a la sociedad. En España, los datos muestran una prevalencia en la población del 10,5% a lo largo de la vida y de un 4% anual. Y el consumo de antidepresivos no cesa. Según el sociólogo francés Alain Ehrenberg, el éxito de los antidepresivos tiene que ver más con el sentimiento de desamparo en el que nos encontramos que con su eficacia. (2)

Desde luego que evitar ver películas con una gran carga emocional por la noche y reconciliarnos con nuestros seres queridos antes de irnos a la cama no hará que desaparezca el terrible problema de la depresión. Sin embargo, son pasos que cada uno de nosotros puede seguir hacia una mayor pureza de cuerpo y espíritu para lograr una vida con menos estrés, menos emociones negativas y más tranquila. 

¡A su salud!

Juan-M Dupuis

****************************** 

Fuentes 
  1. Baran B, Pace-Schott EF, Ericson C, Spencer RM, « Processing of Emotional Reactivity and Emotional Memory over Sleep », The Journal of Neuroscience, 2012 Jan 18;32(3):1035-42.
  2. « Let them eat Prozac, The Unhealthy Relationship Between the Pharmaceutical Industry and Depression », New York University Press, 2004. 

12 PASOS PARA SIMPLIFICAR TU VIDA


12 PASOS PARA SIMPLIFICAR TU VIDA...

Wayne Dyer - "EL CÓDIGO DE SANACIÓN EMOCIONAL" C.S.E.
Si no estás preparado para el Espíritu, lo más probable es que no sientas el resplandor de la inspiración. Dios estará a tu lado, te enviará la orientación, y las personas, que necesitas; pero si estás completamente ocupado, te perderás de estos regalos que pueden transformar tu vida.

1. Ordena tu vida, sentirás una gran oleada de inspiración cuando te deshagas de cosas que ya no son útiles en tu vida:
• Regala las cosas que llevas uno o dos años sin utilizar.
• Regala esos archivadores viejos que ocupan espacio y que casi nunca utilizas.
• Dona juguetes, herramientas, libros, bicicletas y platos que no utilices a instituciones de caridad.
Elimina todo aquello que te despierte el deseo de adquirir objetos que contribuyan a una vida desordenada. Recuerda lo que dijo Sócrates: "Está más cerca de Dios quien necesita menos". Así que mientras menos posesiones necesites asegurar, cuidar, desempolvar, organizar y mover, más próximo estarás a escuchar el llamado de la inspiración.

2. Elimina de tu agenda las actividades y obligaciones innecesarias e indeseables.
Si no estás preparado para el Espíritu, lo más probable es que no sientas el resplandor de la inspiración. Dios estará a tu lado, te enviará la orientación, y las personas, que necesitas; pero si estás completamente ocupado, te perderás de estos regalos que pueden transformar tu vida. Así que dile no a las exigencias excesivas, y no te sientas culpable de inyectar una dosis de tiempo libre a tu rutina diaria.

3. Asegúrate de que tu tiempo libre sea libre
Ten cuidado con esas invitaciones que pueden mantenerte en la cúspide de la pirámide social, pero que te impiden el acceso a una inspiración gozosa. Si los cócteles, las reuniones sociales, los eventos para recaudar fondos, e incluso charlar y beber con los amigos no es la forma en que realmente quieres pasar tu tiempo libre, no lo hagas. Rechaza las invitaciones que no activen sensaciones de inspiración.
Creo que pasar una tarde leyendo o escribiendo cartas, viendo una película con un ser querido, cenar con mis hijos o hacer ejercicio, es más inspirador que asistir a un evento en el que suelen abundar las conversaciones inútiles. He aprendido a rechazar esos eventos sin tener que disculparme, y eso me ha permitido tener más momentos de inspiración.

4. Saca tiempo para la meditación y el yoga
Saca por lo menos 20 minutos diarios, siéntate en silencio y establece un contacto consciente con Dios. Escribí un libro sobre este tema, “Cayendo al abismo”, así que no me extenderé más. Sin embargo, diré que he recibido miles de mensajes de personas de todo el mundo en los que me expresaron su agradecimiento por haber aprendido a simplificar su vida cuando comenzaron a meditar. Te invito a que busques un centro de yoga cerca de tu casa y comiences a practicar con regularidad. Las recompensas son maravillosas: te sentirás menos estresado y más saludable e inspirado por todo lo que podrás hacer con y por tu cuerpo en muy poco tiempo.

5. Regresa a la sencillez de la naturaleza
No hay nada que sea más inspirador que la naturaleza. La fantasía de regresar a una vida menos tumultuosa casi siempre implica vivir en el esplendor de las montañas, los bosques o de un valle, en una isla, cerca al mar, o al lado de un lago. Estos deseos son universales, pues la naturaleza ha sido creada por la misma Fuente que nos creó a nosotros. Estamos constituidos por las mismas sustancias químicas de la naturaleza (somos polvo estelar, ¿recuerdas?).
Tu deseo de simplificar y de sentirte inspirado es impulsado por el deseo de ser tu "yo" natural, es decir, la naturaleza de tu yo. Así que camina o acampa en el bosque; nada en un río, lago o en el mar; siéntate frente a una fogata, monta a caballo, o esquía en la nieve. Esto no significa que tengas que darte unas vacaciones largas ni planearlas con meses de anterioridad: no importa dónde vivas, a pocas horas siempre habrá un parque, campamento o sendero que te permitirá disfrutar de la sensación de estar conectado con todo el Universo.

6. Marca distancia entre tú y tus críticos
Decide alinearte con personas que también quieran encontrar una inspiración simplificada. Dales una bendición silenciosa a quienes andan buscando defectos o son amigos de las confrontaciones, y apártate de su energía tan rápido como sea posible. Simplificarás tu vida enormemente si no tienes que justificarte ante nadie, y si recibes apoyo en vez de críticas. No tienes por qué soportar las críticas; simplemente agradece con amabilidad y promete pensar en lo que te digan, pues representa un conflicto que no te permitirá sentirte inspirado. No necesitas justificar tus deseos ni tu personalidad, pues esas sensaciones internas son el Espíritu que te habla: son pensamientos sagrados, así que no permi­tas que nadie los destruya.

7. Saca un tiempo para tu salud
Recuerda que el mayor problema de salud en nuestra sociedad parece ser la obesidad. ¿Cómo puedes sentirte inspirado y vivir con sencillez si consumes cantidades excesivas de alimentos y no haces el ejercicio que tu cuerpo te pide? Recuerda que tu cuerpo es el templo sagrado donde vives durante esta vida, así que saca un poco de tiempo cada día y haz ejercicio. Si sólo puedes darle una vuelta a la manzana, simplemente hazlo. De igual manera, incorpora a tu consciencia las pala­bras control de porciones: ¡tu estómago tiene el tamaño de un puño, no de una pala! Respeta tu templo sagrado y simplifica tu vida haciendo ejercicio y comiendo con moderación; ¡te prometo que te sentirás inspirado si comienzas a hacerlo ya!

8. ¡Juega, juega, juega!
Simplificarás tu vida y te sentirás inspirado si aprendes a jugar en vez de trabajar toda tu vida. Me encanta estar rodeado de niños porque me inspiran con sus risas y su frivolidad. De hecho, muchos adultos me han dicho: "Wayne, no has madurado: siempre estás jugando". ¡Esto es algo que me enorgullece profundamente! Juego cuando hablo en el escenario, y juego mientras escribo ahora.
Quiero aprovechar para darle las gracias a Howard Papush, quien escribió un maravilloso libro titulado “Tiempo de receso: sorteando tu vida en medio de las tensiones”, el cual te recomiendo (Howard también ofrece seminarios en los que enseña a jugar y a divertirse). En su libro, Howard comparte esta hermosa frase de Richard Bach: "Tu vida está orientada por un aprendiz interior, por ese ser espiritual y juguetón que es tu verdadero yo". Estoy totalmente de acuerdo: ¡por favor, entra de nuevo en contacto con tu yo real y juguetón, y aprovecha la menor oportunidad para jugar! Verás que todo será más dulce y más simple.

9. Disminuye el ritmo
Una de las observaciones más iluminadoras de Gandhi nos recuerda que, "La vida es algo más que aumentar el ritmo". Este es un gran consejo para simplificar tu vida; de hecho, disminuye el ritmo de todas tus actividades durante un momento, aquí y ahora. Lee estas palabras lentamente. Desacelera tu respiración para que seas consciente de cada inhalación y exhalación...
Cuando vayas en tu auto, disminuye la velocidad y relájate. Desacelera tu forma de hablar, tus pensamientos y el ritmo frenético de todo lo que haces. Dedica más tiempo a escuchar a los demás; sé consciente de tu inclinación a interrumpir y a dar por terminadas las conversaciones, y opta más bien por escuchar. Detente y aprecia las estrellas en una noche despejada, o las formas de las nubes en un día gris. Siéntate en un centro comercial y observa cómo todas las personas parecen ir deprisa y sin rumbo alguno.
Si disminuyes el ritmo, simplificarás tu vida y te re­unirás con el ritmo perfecto con el que funciona la creación. Imagina que tratas de forzar a la naturaleza halando una planta de tomate que acaba de brotar: eres tan natural como esa planta, así que permítete estar en paz con la perfección del plan de la natura
leza.

10. Haz todo lo posible para evitar las deudas
Recuerda que estás intentando simplificar tu vida, así que no necesitas comprar objetos que la complicarán y la trastornarán. Si no puedes adquirirlos, olvídate de ellos hasta que puedas hacerlo; al contraer deudas, sólo agregas más capas de ansiedad a tu vida. Esa ansiedad te alejará de la paz, que es el lugar donde te encuentras cuando estás en Espíritu. Si tienes que trabajar más para pagar deudas, disfrutarás menos de tu vida actual; en consecuencia, estarás más lejos de la paz y la alegría, que son los símbolos de la inspiración. Te sentirás mucho mejor y disfrutarás tu vida si tienes menos en vez de contraer deudas que no te darán paz y tranquilidad, sino estrés y ansiedad. Y recuerda: el dinero que posees sólo es energía, así que niégate a conectarte con un sistema energético que no es real.

11. Olvídate del valor efectivo
Procuro no pensar frecuentemente en el dinero, pues he observado que las personas que lo hacen no piensan en casi nada más. Entonces, haz lo que tu corazón te diga que es lo que te hace feliz, en vez de pensar si será rentable o no. No te niegues a los placeres de la vida por razones monetarias; no determines tus compras por el hecho de obtener un descuento, y no te prives de sentir alegría porque no te hicieron una rebaja. Puedes llevar una vida feliz y satisfactoria, y si en este momento estás pensando que yo tengo el descaro de decirte esto porque tienes una situación financiera precaria, es porque tú mismo has levantado tu propia barrera de resistencia.
Deja de ponerle una etiqueta con precio a todo lo que tienes y haces: a fin de cuentas, en el mundo del Espíritu no hay etiquetas con precios. No hagas del dinero el centro de todo lo que tengas o hagas; más bien, descubre el valor inherente a todas las cosas: así simplificarás tu vida y regresarás al Espíritu. Un dólar no determina el valor, aunque vivas en un mundo que intenta convencerte de lo contrario.

12. Acuérdate de tu Espíritu
Si la vida te parece muy compleja, rápida, desordenada, frenética, o difícil, acuérdate de tu propio Espíritu. Estás enca­minado a la inspiración, un lugar sencillo y pacífico en donde estás en armonía con la sincronización perfecta de toda la creación. Viaja mentalmente allí y detente con frecuencia para recordar lo que realmente quieres.
Wayne Dyer
"EL CODIGO DE SANACION EMOCIONAL" C.S.E.